
Viñales, es un pequeño pueblo de la provincia de Pinar del Río, creo que sólo hay un hotel, pero seguro que es el lugar de Cuba que más alto porcentaje tiene de casas particulares en las que alquilen habitaciones. Al bajar del Autobús nos recibió todo el pueblo, cada uno te ofrecía su casa, gritaban agua caliente, aire acondicionado tanto los precios etc. Uffff, fué realmente agobiante, pero …. a los 5 minutos Viñales se convirtió en uno de los pueblos más tranquilos y más acogedores que haya conocido Jamás. Está muy bien situado en el centro del valle. Nosotros nos hospedamos en Villa Geo, (Os la recomiendo). Fuimos a la Cueva del Indio y a la de los Cimarrones con Ariel y Yunieski, dos amigos jóvenes que tenían coche. A la vuelta visitamos el jardín de de Carmen y su hermana que habíamos leído en una guía que tenían todas las clases de frutas que se conocen en Cuba y efectivamente, pasear por su jardín con Carmen que nos iba explicando lo que había en cada árbol y el fruto que daba fué muy interesante, pero al final, cuando nos invitó a probarlos, sacó una bandeja con frutas para nosotros, muy majas. Visitamos también Cayo Jutías, un lugar de ensueño, una isla en exclusiva para nosotros fuimos en coche, está a unos 40 kilómetros de Viñales, lo que significa un viaje relativamente largo, viendo el coche en el que íbamoss y la carretera. Cayo Jutías vale la pena.
En Viñales, probamos por primera vez en Cuba las toritas de sal, algo que en más de una ocasión se convirtió en la base de nuestra dieta para los días de ruta. También probamos los cucuruchos helados, que tras una larga cola podías comprar por un peso. Alquilamos unas bicicletas para ir al mural de la prehistoria. La visita al mural, realmente no vale la pena más que para reconocerlo cuando lo veas en algún catálogo o en alguna revista, pero el camino si, paseando a la par que los guajiros que te saludan cuando se cruzan contigo. A la vuelta paramos a descansar en el Campismo y tomar una cola. El campismo es otra forma de acomodarse, está bien, tienen cabañas adaptadas para “turistas”, vamos, con aire acondicionado y esas cosas que en las cabañas para cubanos no hay.
Subimos a la Hermita, que es una hotel desde el que se ve una bonita vista, la cuesta para subir, es realmente dura, pero vale la pena subir a observar la vista y hacerte una foto. En casi cualquier sitio puedes comprar frutas, como tentempié o en las tiendas de divisas, que hay de todo lo que te puede hacer falta. Subimos caminando al hotel los Jazmines, donde nos cobraron 5$ USD a cada uno por bañarnos en la piscina y consumir 3 en el bar. Unos belgas que conocimos habían estado la noche de antes y sólo pagaron 2, supongo que dependerá del funcionario que le toque trabajar ese día. Subimos caminando, hay algo más de 2 kilómetros montaña arriba, pero el paseo vale también mucho la pena, atravesar los campos cultivados con granjas y los mogotes al fondo en el verdísimo valle de Viñales. La Piscina del hotel genial. Estuvimos mirando el bonito atardecer tomando un mojito a pie de piscina. Estuvimos tomando una copa por la noche con unas chicas de Madrid que también estaban recorriendo la Isla en sentido inverso y nos dieron algún consejo para el camino. Gracias !!!. Desde Viñales fuimos en taxi con unos viajeros Belgas que conocimos en La Habana hasta Trinidad. El trayecto duró 9 horas en un Citroen Xsara, pero ganamos un día de viaje.
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Hola que bueno saber de sitios como este!!! me siento orgullosa de ser cubana!!!y de vivir en la hermosa provincia de pinar del rio!!!
CUBA UN PARAISO DEL QUE SOLO SE SABE EL VALOR CUANDO SE ESTA LEJOS DE ELLA !!!!