Turquía 2002

ESTAMBUL – BURSAKUSADASIEFESOHIERAPOLISPAMUKALEKONYACAPADOCIA

LLEGADA Y HOTEL EN ESTAMBUL

Llegamos muy tarde a eso de las
2 de la madrugada más o menos después de haber salido desde Barcelona en avión.

Nos alojamos en el hotel Zurich en Estambul, en el barrio del mercado ruso, en el que conocimos a Iñaki y Ainhoa, nuestros compañeros de vacaciones desde ese momento. La primera mañana fuimos a dar una vuelta. Compramos unos millones de liras turcas en un banco y cogimos un taxi, que tras entendernos con traducción simultánea gracias al móvil del Taxista, nos dejó en Eminönu, que es la zona del puerto. Visitamos el bazar Egipcio, que en realidad es un mercado para comprar desde frutas y pescados hasta zapatos y cartones de tabaco, de todas formas en Estambul creo que puedes comprar de todo en cualquier parte, es parecido al Gran Bazar, pero con menos turistas. Cogimos un ferry (después de regatear el precio, claro) que nos llevó por el Bósforo, pasamos bajo el puente de Gálata hasta la parte Asíatica de la ciudad. Dimos un paseo y compramos unos Simit, que son unos panecillos redondos con sésamo por unos 30 céntimos y casi comimos. Volvimos por Bósfoto, reconociendo algunas vistas por las que se paseaba James Bond en la película de 007. Cuando volvimos, cominos también en un puesto callejero, un bocadillo de pescado asado (caballa, creo) con una raja de tomate, cebolla y aliñado con limón y sal, los hacían en una barca en una especie de sartén y resultaron sabrosísimos comerlos sentados en unos escalones, como hacen cientos de turcos cada día frente Yeni Camii. Por la tarde fuimos a dar un paseo por el Gran Bazar, pero antes…. Paramos en un cementerio para fumar un narguile, que es una pipa de agua con tabaco aderezado con aromas de frutas. Cogimos el tranvía que nos dejó en “El Gran Bazar”más grande que haya visto nunca.

Dicen que hay unas 4000 tiendas sobre el mismo techo. Es una obra de arte, sólo eso merecía un día y si eres un aficionado a las compras, más todavía. Al volver con algunas bolsas con lo que luego descubrimos que aún siendo barato no eran auténticas gangas, cominos una especie de Pizza aliñada con carne, yerbas y limón en otro “chiringuito” camino del hotel por Ordu Cadesi. Dejamos las bolsas en el hotel, descansamos un rato y salimos por la noche.

¿LA NOCHE? Estambul vive 24 horas al día (tiene unos 11 millones de habitantes). Fuimos directos al baño turco Çemberlitas. Nos lo había recomendado una amiga. INCREIBLE, una de las experiencias más placenteras (físicamente) que hayamos vivido. Recibimos un masaje desde el cuero cabelludo hasta los dedos de los pies. Me crujieron todos los huesos del cuerpo uno por uno y con una manopla y jabón nos lavaron a mano desde las orejas hasta los pies (con intermedio, claro). Es una costumbre que sigue viva en oriente, que se remonta a tiempos de los romanos y los Bizantinos. Recomendamos como IMPRESCINDIBLE, visitar un hammam.

Web del Hammam: http://www.cemberlitashamami.com.tr

Al salir cenamos justo al lado, lo que llaman Testi Kebap que es la carne cocida dentro de una vasija de barro, que nos sirvieron en la mesa en una bandeja en llamas y las rompieron con espada, para sacar lo que nos alimentó después el primero de los días inolvidables. De vuelta al hotel, volvimos a parar en un cementerio, en Yeniçeriler para fumar otro narguile.  A la mañana siguiente nos vino a buscar Simón, el guía para el resto del viaje. y visitamos la mezquita de

Solimán el Magnífico, que resultó ser tan espectacular como la mezquita azul y Aya Sofía que visitamos después. Estuvimos también en la plaza del hipódromo. Comimos en Topkapi Saray (Palacio Topkapi). El palacio era la residencia de un sultán un la época de los otomanos.

Paseamos por el Palacio Topkapi, es increiblemente grande y lujoso. Dicen que el sultán que vivía, tenía unas 400 concubinas y la historia del palacio no tiene desperdicio. La Cocina, en la que preparaban comida para cientos de personas al día que vivían en el palacio hasta la sala de los tesoros, donde vimos los diamantes más grandes que cabe imaginar y candelabros, sillas, dagas … de oro con rubíes y esmeraldas por todas partes. La entrada para visitar las joyas del sultán se paga a parte que la del palacio, pero creo que vale la pena. Es una muestra de riqueza. Sólo el palacio Topkapi, casi merecería un día entero, por lo que todo Estambul, no menos de una semana, aunque nosotros en dos días visitamos lo que pudimos, lo justo para quedarnos encantados con esa ciudad digna de los cuentos de las mil y una noches, con historias de sultanes y palacios.

Donde comimos, era un restaurante aparentemente habilitado única y exclusivamente para turistas. Como era de esperar, resultó que comimos caro y mal, pero eso si, con cientos de turistas y vistas al Bósforo y a la parte asiática de la ciudad. Volvimos a dar otro paseo por el Gran bazar. Por la noche, cenamos de nuevo los cuatro solos en un restaurante cerca de Çemberlitas unos creps. En el restaurante, justo en el centro había 3 señoras sentadas en el suelo. Una hacía la masa del crep con harina, la segunda, preparaba el relleno de lo que habíamos pedido, pollo con especias y la tercera en una especie de plancha redonda los preparaba para servir. Cominos también pasta rellena de carne con yugurt. El yogurt, también lo tomamos como bebida, que es lo que hacen los turcos, pero tanto en el plato como el yogurt líquido en el vaso, resultó ser demasiado amargo para nuestros paladares. De vuelta al hotel, también fumamos otro narguile. Al llegar al hotel, entramos en la discoteca del mismo …… que miedo ….. totalmente oscuro, llena de turcos y rusos con rusas que nos miraban cuando entramos. Duramos un par de minutos a lo sumo.

Estambul por la noche, a nosotros nos pareció un sitio bastante seguro, hay policía por todas partes, señal que creo que no debe de ser muy buena para la gente que vive allí. De todas formas nos hospedamos en el Barrio del mercado ruso, que por la noche da un poco de “yuyu”. Está lleno de tiendas de ropa al por mayor y de rusos haciendo negocios con la ropa y joyas, probablemente “trapicheen” con algo más que nosotros evidentemente no vimos.

www.hotelzurichistanbul.com

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BURSA

A las 5 de la mañana estábamos en la recepción del hotel para coger el ferry que nos llevó atravesando el mar de mármara hasta la parte asiática del país, la zona que se conocía como Asia Menor.. A las pocas horas de autobús, llegamos a Bursa. Visitamos la mezquita verde y otra y tuvimos unas horas libres para deambular por la ciudad. Compramos en el mercado de la seda. El Mercado de la seda, es tranquilo y las tiendas están distribuidas en dos plantas edificadas alrededor de un patio. Los Pasillos están llenos de gente tomando té, que suponemos estará haciendo negocios, ya que el té en Turquía , lo toman para sentarse a charlar o con cualquier excusa, no sólo por negocios. La seda de Bursa es conocida en todo el mundo. Compramos unos pañuelos de seda como souvenir hechos a mano, no sabemos si nos salieron caros, pero evidentemente regateamos por lo que creímos un precio justo. La gente en Bursa, va tranquila, los parques están llenos, sobretodo de personas mayores charlando a la sombra. Paseamos por uno donde nos sentamos a comer lo que los turcos llaman un Kebap, es carne hecha en una especie torno a la brasa (pero a gas). Comimos por 650.000 liras turcas cada uno, unos 60 C de Euro. Nos sentamos a tomar un té de manzana en una terraza.

Bursa, es una una ciudad más del interior, por lo que nos pareció, todo el mundo acudía a las llamadas a la oración y demás ritos musulmanes. A partir de aquí empezamos a darnos cuenta de que Turquía en sí no es tan “laica” como parecía Estambul, pero en el resto, siguen teniendo muy arraigadas las costumbres religiosas y parece ser que es muy importantes el peso social de la religión.

Cogimos el autobús que nos llevó a Kusadasi pasando por Izmir donde pasamos noche. Izmir, es una ciudad muy grande y parece ser que tiene un puerto de los más importantes de Turquía, supongo que por su situación geográfica ya que está casi frente a las costas griegas.

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KUSADASI

Kusadasi es una ciudad de playa enfocada mayormente al turismo en masa. Las playas que las vimos cuando salía el sol no eran gran cosa, ni comparación con las playas de España, pero debido a los precios, parece ser que los Alemanes que dejan de venir a España van allí de vacaciones. Todo en esa ciudad está enfocado para el turismo en masa. Por lo que realmente, no vale en absoluto la pena. De hecho en Kusadasi, llegamos por la noche para dormir y salimos por la mañana temprano. Lo único bueno que tiene es la situación. Kusadasi, está muy cerca de la antigua ciudad de Éfeso y demás restos de la antigüedad.

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EFESO

Por la mañana fuimos en nuestro autobús rosa a la antigua Ciudad de Éfeso. Dicen que es la ciudad mejor conservada de toda Asia menor. Parece ser que esta ciudad existe desde antes del siglo XI AC. Visitamos la ciudad entera, con su famosa biblioteca, la basílica de San Juan (donde dicen que murió y están sus restos). La casa donde la virgen María supuestamente pasó sus últimos años en el monte Panayir. La puerta de la persecución, la fortaleza de ayasuluk y el templo de Artemisa, del que no queda más que una columna. La estatua de Artemisa, es una de las 7 maravillas del mundo antiguo, pero al estar encerrada en un museo tampoco la vimos. En Éfeso está lo que queda de uno de los primeros burdeles “legales” de la historia, data del siglo IV AC. En resumen MUCHA PIEDRA. Ideal para los amantes del mundo antiguo y civilizaciones extinguidas.

De muchas de sus anécdotas, se hace referencia de los escritos de la Biblia. Éfeso ha sido poblado según la época por distintas culturas.

Esta zona está llena de historia, como la de la gruta de los 7 durmientes.

Para mí lo mejor, fue pasear por Selçuk donde paramos a comer en una terraza. El típico kebap con unos tomates rellenos de carnes. Lo cierto es que la comunicación no es de lo más fácil, porque en Turquía no siempre encuentras alguien que hable ingles ni mucho menos español, solución …. Mirar en la cocina y señalar lo que quieres que te sirvan. Como siempre, la gastronomía auténticamente Turca, resultó ser de lo más sabroso. Selçuk es un pueblecito pequeño muy pintoresco, lleno como en cualquier pueblo cercano a un enclave turístico de tenderetes de artesanía en alfombras y demás curiosidades. La gente el Selçuk, como en el resto de Turquía se comportaron de forma excelente con nosotros.

Porla tarde seguimos camino hacia Pamukale, parando a hacer una visita en hierápolis.


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HIERAPOLIS

Es una “necrópolis” cerca de Pamukale resulta curioso, pero nosotros sinceramente lo que más nos gusta de nuestras salidas es el mezclarte con la gente por los mercados calles, bares, tiendas, ver como viven … y aquí no vimos más que piedras de un gran valor histórico y cultural y lleno turistas armados con las cámaras.

En unos minutos estábamos en Pamukale.

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PAMUKALE

Es uno de los lugares más asombrosos de Turquía. Son unas fuentes de agua caliente, de entre 30 y 50 ºC rica en sales calcáreas, que baja por un acantilado desde hace miles de años. Los sedimentos de esta agua, hacen unas piscinas de agua caliente en la que te puedes bañar, vimos la puesta de sol y fue realmente espectacular.

De todas formas, he de apuntar que fue lo único que Turquía que me decepcionó. Parece mentira, lo mal conservado que está. Queda poco de Pamukale, debido a que se permite la entrada a cualquier persona y simplemente te sugieren que pases descalzo, lo que los Europeos japoneses y demás hacemos cuando no tenemos los pies cansados.

Hay un recorrido para llegar hasta la última piscina. Pamukale es realmente impresionante, pero con una pésima conservación. No sólo eso, sino que además los hoteles de la zona, la mayoría usan las aguas termales de las cascadas para llenar sus piscinas de aguas ricas en minerales y calientes, lo sí que es placentero en el hotel la verdad, pero es una pena que se esté destruyendo tan deprisa por el hombre lo que la naturaleza ha tardado miles de años en hacer. Hemos de tener en cuenta que Turquía es un país con bastante turismo y como fuente de ingresos lo explotan al máximo.
En el hotel que nos hospedamos, era un hotel termal como casi todos los de la zona de Pamukale. Tenía piscinas con el agua a 40 grados, jacuzzi y algo parecido a un hammam (baño turco). Probamos todos esos servicios y lo cierto es que resulta muy relajante hospedarte en un hotel de este tipo aunque sólo sea un noche, pero con el “trote” que nos pegamos de autobús y visitas siempre se agradece un tiempo de relax.

 

 

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KONYA

Camino de Göreme, nuestra siguiente parada en Turquía, camino de Capadocia, paramos en la ciudad de Konya, capital del imperio selyúcida. Visitamos el monasterio de los famosísimos derviches danzantes, que es una secta islámica fundada por el poeta Meylana en el siglo XIII. Su doctrina es muy curiosa, resulta que los derviches danzan dando vueltas sobre sí mismos con esos trajes blancos con faldas hasta alcanzar el “nirvana” para acercarse a Dios. Esta secta, al parecer sólo era para hombres que vivían de una forma muy austera, ya que según sus creencias, consumían pocos alimentos, para así poder alimentar a más gente. Apenas se relacionaban y se les declararon integristas del islam, por lo que fue prohibida. Actualmente los derviches sólo bailan una vez al año en Diciembre, pero siempre puedes encontrar alguien dispuesto a imitarlos para hacerles fotos, nosotros evidentemente nos negamos a asistir a un espectáculo de este tipo en el que organizaban una danza con cena, que además de bastante cara suponemos que no sería muy auténtica.

De todas maneras, en la Ciudad de Konya, me pareció que la gente vive la religión de una manera más ligera que en Brusa, sólo es mi impresión. Hay más gente en las calles y más movimiento…

Siguiendo el viaje hacia la región de CAPADOCIA paramos en un Kervasay selyúcida. Aquí es donde paraban a descansar los hombres y camellos en la ruta de la seda. Está totalmente hueco, pero me pareció muy curioso lo “fresco” que se está dentro. Está en pié desde 1229.

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CAPADOCIA

Es una región de lo más “increíble”, no sólo por su geología, lo que la hace famosa en todo el mundo, sino que aún sin salir de las rutas más turísticas puedes encontrar rincones que expresan la esencia turca. Tal y como describe la guía del trotamundos… “ Uno de los espectáculos más asombrosos del mundo, esto es lo que ofrece capadocia. Uno va caminando por la orilla de una cresta y, de repente, la mirada se pierde en el valle y descubre un montón de extrañas siluetas puntiagudas. Uno no da crédito a sus ojos. Es algo, sencillamente mágico.” Nos alojamos en el hotel Tassaray en Urgup.

Visitamos las ciudades de Uçhisar, Avanos Nevsehir. Capadocia, creo que se merece más de 3 días para verla tranquilamente y llegar a los rincones que no pudimos ver.

En Göreme visitamos el museo al aire libre y algunas iglesias rupestres, bodegas, cocinas…. todo esto escabado en el interior de las montañas . También visitamos una fábrica de alfombras, donde nos sorprendió ver el proceso tan laborioso que conlleva construirla y la extracción de seda de los gusanos. En realidad era un centro financiado por el estado. Mayoritariamente lo que trabajan en la cuestión artesanal son mujeres. Nos explicaron como saber si una alfombra está hecha a mano o conocer su calidad en función a los nudos del dorso. Evidentemente no compramos nada, estaban esperándonos para vendernos las alfombras, mucho más caras que en la calle. Pero eso sí, como en casi cualquier bazar turco, cuando te creen un cliente “potencial”, lo primero que hacen es ofrecerte un té, café o refresco, para que observes tranquilamente el género que te ofrecen, lo sacan casi todo. Luego, es cuando intentas entenderte para llegar a un acuerdo en cuestión de precios.

En Avanos, una ciudad con su río y obras municipales, comimos en Tafana Pide Salonu, que nos recomendó el “trotamundos”. Comimos Testi kebap como en Estambul. En esta ciudad se trabaja con barro de forma artesanal.

En Urgup, donde estábamos alojados, salimos a pasear por la noche, comprar unos souvenirs de última hora, y mucho a mejor precio que en el cualquier sitio en Estambul. Estuvimos tomando té y fuimos a una especie de “PUB” en el que nos amenizaron la consumición con un poco de música en Directo. El sitio, estaba decorado las típicas alfombras y grandes cojines, la improvisada mesa, esa un tronco muy ancho. El “Pub” era un piso, desde donde podíamos ver el centro de Urgup, una ciudad (muy pequeña, como todas las de la zona), que parece que está siembre viva, no deja de moverse ni de noche, gente, coches, tiendas abiertas ….

Uçisar, es el pueblo donde comimos por última vez en Turquía. Visitamos el Kale es un pico de fácil acceso desde donde puedes ver toda la región con sus chimeneas de hasta 40 metros y otros valles “encantdos”. Visitamos también el Vasil Dere o valle de las palomas. Aquí coincidimos con la hora de salir los niños de la escuela y nos retaron a poner a prueba nuestros niveles de inglés. Como los turcos en general muy simpáticos.

Nevsehir, visitamos la ciudad subterránea de Kaymakli, tiene 10 pisos bajo tierra y es increíble moverte por pasillos y estancias que fueron ocupadas en la antigüedad. Parece ser en la época del imperio romano, las utilizaban y tapaban las entradas con una piedra circular con un agujero en medio para poder lanzar flechas y defenderse. Es un sitio muy curioso.

En Nevsehir, ya por la tarde, cogimos el avión que nos trajo de vuelta a Barcelona y donde me vieron cara de “sospechoso” y me hicieron vaciar toda la maleta.

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